Bucaneros a cielo abierto

lufthansaAcabo de volar con Lufthansa, de nuevo pasando por Munich. Con crisis o sin ella, la compañía ha ratificado lo que me inspiró va para 2 años. En su día, remití el artículo a los boches y a Iberia. Pues bien, Lufthansa no solo me lo agradeció, sino que me ofreció disculpas por el retraso (mínimo). ¿Iberia? En su línea. De bandera.

 

 

3 de febrero de 2013

La marca Lufthansa proviene de luft (aire, en alemán) y Hanse (federación de ciudades y comerciantes alemanes a orillas del Báltico). Podría haber significado “Líneas Adoratrices Carmelitas”, pero no. En manos privadas desde 1997, es la mayor línea aérea de Europa, la que más turistas carga y la más premiada internacionalmente por calidad de flota, eficiencia energética, etc.

¿Gana dinero Lufthansa? Los analistas bursátiles dicen que sí; de hecho, sus accionistas no son onu-caritativos, mormones o asimilados. Sus aviones llegan puntuales y no extravían demasiadas maletas. Encima, padece una conflictividad laboral moderada. Tiene huelgas, sí (una gorda de pilotos en 2010 y otra de azafatas en 2012), pero no la bronca sistemática de Navidad y Pascua y Verano para amolar/torturar al cliente.

Todo esto, dirá usted, no viene a cuento. Puede. Dirá usted que con Iberia, esa compañía de bandera, ya nos va bien. Puede. Y dirá que Iberia es cosa nostra, frente a Lufthansa, que suena teutón y merkeloide. Puede.

Sin embargo, el 16 de enero fui convocado a un comité médico internacional en Munich y hasta allí volé desde Bilbao, con Lufthansa. Precio: unos 300 euros ida y vuelta, lo mismo que te sopla Iberia por el Santander-Madrid, bastante más juntitas en el mapa. Avión: un primoroso y novísimo CRJ, con aceptable hueco para las rodilla-patas. Bueno, vale, dirá usted, más o menos igual que Iberia.

¡Y un cuerno! Prensa gratis en español, inglés y alemán, no solo para los ricos, como en Iberia y el Titanic, sino para todo el ganado. Bocadillo caliente más que digno, sin tener que aflojar la guita. Primera bebida, incluida cerveza, sin atraco a cargo de una señorita de alterne disfrazada de azafata. ¡Segunda ronda de bebida, también gratis! O sea, que no se te seca la gorja. Y el acabóse: ¡sin rifas ni tómbolas a bordo! Todo es serio, ordenado y formal, como antes del lamentable fenómeno low cost, que al parecer no es tan low a tenor de las subvenciones que larga el Tesoro para que los rácanos vuelen por la patilla.

Juro que pensé en un truco de la Autonomía Vasca: estos engrasan a Lufthansa para dar buena imagen del Bocho, me dije, pero a la vuelta me putearán igual que los de Iberia. Error. En su magnífica Terminal 2 de Munich, en el área de embarque para el vuelo de regreso, empiezan ofreciendo café a todo el pasaje. En realidad te lo haces a tu gusto, en una rutilante máquina Nespresso, con toda la gama de sabores, mientras te entretienes con un autoservivio de galleta-chorraducas.

Volví a malpensar: dan café, pero ya no habrá periódico ni merienda. ¡Fallo! Prensa española, inglesa y alemana a la puerta del avión. Buen bocata de salmón y queso. Dos turnos de bebidas, las que prefieras, y el monedero quieto. Que te sientes de primera, vaya, no como una víctima de Luis Candelas. Por supuesto, avión excelente, con asientos asignados (nada del espectáculo grotesco de unos cafres a la caza de butaca) y sin circo acrobático, o sea que las aeromozas no te importunan con el carromato de los chuches.

Salvo la hora de retraso, motivada porque en Munich nieva, vaya que nieva, o quizá por el viento infernal que despeinaba Bilbao, el servicio fue sencillamente irreprochable.

Así que yo, agudo y sagaz como un eurodiputado, me pregunto… Si Lufthansa no escatima prensa y bebidas porque ya pagas el billete a un precio razonable, incluso más barato que en Iberia… Si Lufthansa no te toca las partes intocables y todo funciona chachi y goza de ranking-prestigio y su personal no es la banda de don Emiliano Zapata y encima gana dinero… ¿Qué piojo le pica a Iberia?

Sin ser jurista, apostaría por el tipo delictivo de estafa. Nos están robando, con tarjeta Iberia Plus y todo. De modo que elevo una humilde plegaria, ora pro nobis. Que Lufthansa ocupe Parayas, amén. Que los de Iberia vayan al trullo, a Nanclares o a Yeserías, según determine la inspección anatómico-segurata. Y que vayan enfoscando las mochetas, mientras yo pido asilo político en Deutschland.

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