Renzo desencadenado

Martes, 30 de julio de 2019

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Un griego imprudente, Marsias, que se tenía por flautista invencible, desafió al dios Apolo a un certamen musical. Las Musas decidirían quién era mejor intérprete, de suerte que el vencedor podría hacer con el perdedor lo que se le antojase. Ganó Apolo, con mayor o menor justicia, y su conducta fue notable: despellejó vivo al intrépido Marsias e hizo un río con su sangre, hasta con meandros. Mecachis.

Las imprudencias, hoy, no se castigan igual. Incluso hay menesteres en los que, alcanzado cierta cota de prestigio, la imprudencia adquiere un tonillo transgresor y simpático. Un arquitecto imagina, por ejemplo, un edificio revestido de azulejos gordos a modo de escamas, y le importa un pimiento si es técnicamente factible que las escamas no se desprendan. Al desaforado esteta lo avisan: mira que de esa cerámica no hay experiencia a largo plazo; mira que los anclajes no se verán, mientras la física-química los va corroyendo; mira que lo mismo hay que repelar las fachadas…

Como enfrente no tiene al dios Apolo, sino tan solo a los técnicos, mortales y grises, el esteta proclama que él es un artista irrefutable y ellos, paletos con paleta. ¡A él le van a venir con oxidaciones salitrosas, inestabilidades estructurales y zarandajas matemáticas! Si la loza se viene abajo, la culpa será del ceramista, del ingeniero, de la becaria Güendolín o incluso de Newton, con ese lío de la gravedad.

Digo yo que no es tan difícil meterse en el coco que la idea, la pura idea, de bien poco vale si la tecnología no es capaz de llevarla a la práctica. En materia de edificios, por donde el público circula, si la tecnología es precaria (por inexperiencia), o insensatamente onerosa, o conlleva riesgos inadmisibles, no interesa la idea como una bella elucubración, sino hasta qué punto resulta factible. Pues que el magín del artista lo sueña y sus planos lo estipulan clarito, sí, pero los cráneos humanos cascan fácil si les cae encima un pedrusco con ínfulas de posteridad.

Claro que tampoco es fácil prever cómo funcionará una construcción en años venideros. El marqués de Valdecilla erigió su magnífico legado hospitalario en arrabales-praderías lejos de casi todo. (Hoy la parcela se publicitaría como ‘un pulmón verde y sin agobios’, o algo así.) Casi 90 años después, el barrio ha ganado densidad y estructuras como las torres de refrigeración del hospital le meten estruendo al vecindario. La gente, que es muy suya, quiere dormir, pero la respuesta/letanía administrativa es que, no habiendo dinero para todo, tienen prioridad los asuntos asistenciales. Visto así, el insomnio y la sordera de los colindantes, siendo asuntos más bien de tipo preventivo, que se los vayan tratando con pacienzol forte y ajoagua plus.

Estos días se debate la brutal sobrecarga urbanística estival de Castro-Laredo-Noja-Comillas-San Vicente. Escuadrones de castellanos viejos, ávidos de veraneo, multiplican la población hasta por 30, de modo que no hay suficientes médicos, policías, barrenderos ni casi camareros. Leo artículos que imploran un planazo a cargo de un valiente flautista, un audaz arquitecto o un intrépido ingeniero, y es inevitable que surjan 2 posturas: o bien distraemos a Apolo, para guarecerlo de su enérgico tratamiento antiarrugas, o bien lo avisamos adrede para que lo depile de raíz, si el incauto discurre alguna tasa sobre viajeros y chiringuitos.

A un servidor, cuando le preguntan qué haría, le da por pensar en el tráfico de Marrakech. La circulación es un caos absolutamente extraño a los criterios de la DGT, cierto, pero entonces ¿cómo es que no hay tanto leñazo grave? Acaso la paradoja estriba en que lo prudente no es hacer planes -menos aún a cargo del visionario que no paga los platos rotos-, sino dejar que los usuarios se las arreglen. No vaya a suceder como en la turborrotonda de La Marga, que sin turbo era una jodienda, pero con turbo es una cagarruta arponeada. Si hay asuntos que exigen planificación y tecnología al gusto del soberbio Apolo, también los hay que demandan la cachaza de su hermano, Dioniso: si me pongo malo, en vez de llamar al médico, dadme un vaso de vino.

11 comentarios en “Renzo desencadenado

  1. Si tenemos en cuenta que los hebreos, que siempre pusieron una vela a YahWeh, y varias al diablo, enarbolan el hexagrama, símbolo de Saturno, a ver si les devora, quien a mal árbol se arrima pierde pan y pierde perro, llamaban a Apollyon: ‘Abaddón el exterminador’, retar a duelo a soplar la gaita al Apolo es temeridad, las pobrecitas musas, náyades, hadas, furias, ondinas, le estaban sometidas, no había equidad en el ‘concurso’
    ¡Siniestro total!

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  2. Me encanta en recurso introductor al tema, que en principio nada tiene que ver con el fondo tratado. Después queda justificado por la analogía entre Marsias y el edificio , en cuanto a sus pieles y posterior «despelleje».

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    • Conozco más de un Marsias, muy ufano de sus hipotéticas cualidades, hasta que un Apolo lo pone en su verdadero lugar. Bueno, en realidad no es solo Apolo, sino Apolo en connivencia con las Musas.

      Desde el punto de vista social, no interesa tanto el orgullo de los contendientes, sino justamente las Musas, es decir la autoridad: que ella sea competente y justa es la única represa frente a la barbarie del tú más. Cuando la autoridad se convierte en correveidile, abandonando su papel arbitral, y los técnicos dejan de exponer la crudeza de los hechos, ratificando lo que manda el dueño, ¡se acabó!

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  3. COMETIERON ¿CUANTOS? ERRORES. a).-Eligieron por sus coj…es, un lugar protegido hasta para evitar el cambio del color y forma de una baldosa, e inadecuado por constituirse en un «tapón/pantalla» tanto de dentro a fuera, como de fuera a dentro. b).-Desprestigiaron (si todavía era necesario), a todo el Estamento político/administrativo, de Santander/Cantabria induciéndolo, con su gran poder de chantaje financiero a la complicidad, cual «palmeros» con «mando». c).-Se pasaron «por el forro» de sus coj…es trámites obligados de información pública, procesos, plazos, permisos legales emitidos en tiempo y forma mediante los trámites e informes exigibles, ante TODOS los organismos ¿competentes?. d).-Agruparon y «uncieron» en SU equipo en plan «cuadrilla torero/taurina» a «publicistas bajo sobre», genuflexos y deudores de favores de «protección empresarial», y a «politico/maletillas» regionales, municipales,…que colaboraron en «la arena» limpiando el «ruedo» de críticos, y facilitando la «faena» del «maestro/faraón». Llegando incluso a pedir el corte de las orejas a los ingenuos opositores a la «pirámide de Guiza» en la bahía de Santander.
    Según la entusiasta cohorte de lacayos cortesanos y bufones del Emperador, la idea de éste era una luminosa genialidad, los planes y planos del autor material encargado del proyecto, el no va más de la competencia no sólo estética, sino técnica y constructiva. Todo el plan se sacralizó, sin resquicio alguno para la duda. Y ahora, cuando «el burro» muestra sus mataduras bajo y sobre la albarda, NADIE es responsable. Y por supuesto menos que nadie, el «gurú» técnico/estético que recibió la encomienda de diseñar el «pantallazo» a Santander y que, según creo es preceptivo, debió supervisar las obras hasta su conclusión y más allá. Los otros responsables político/administrativos que toleraron la chapuza entre ovaciones y palmadas hasta con las orejas, ¿tienen alguna responsabilidad?, ¡Que se creen Udes. eso!. Ellos, a silbar mirando alegre y distraídamente el paisaje para otra parte. No se porqué me «malicio» que algunos «gruásicos» tenían alguna razón. El edificio, no ennobleció ninguna zona degradada de la ciudad como hizo, por ejemplo, el Guggenheim en Bilbao, sino que, por el contrario, degradó una zona noble de Santander. Ernesto

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    • Me precio de ser uno de los primeros ‘supporters’ del Centro Botín, incluso en su primer esbozo, un edificio de líneas rectas completamente distinto al que finalmente se planeó. Ciertamente el esbozo era un tanto anodino, mientras que el definitivo ofrecía más valor estético, a mi juicio, pero en el fondo la cuestión nunca fue de ese tenor. Mi apoyo fue y es y seguirá siendo del todo ajeno a la forma concreta del edificio de marras.

      La sociedad de Cantabria, que debe de viajar poco, no es consciente de hasta dónde estamos cayendo en renta. Nuestra región está literalmente SUBSIDIADA, por vías diversas -la sanidad, entre ellas-, y todos los indicadores son escalofriantes. La demografía es terrorífica, de las comunicaciones ¡para qué hablar!; y veremos qué sucede en el nuevo marco de financiación autonómica, que nos augura un socavón financiero de cojones.

      Visto así, a mi juicio cualquier iniciativa debe acogerse con un ‘sí’ antes que con un ‘no’. Para decir que no todo el mundo vale y siempre encontrará motivos para ratificar la inercia de lo ya conocido y ‘seguro’. La defensa de la grúa de piedra, un suponer, fue un ejemplo particularmente idiota de ese proceder: se gastó un pastón en levantar una estructura DISFUNCIONAL, completamente inútil, pues la grúa no se construyó para embellecer las vistas, sino para evacuar los barcos. Cuando ya era una antigualla, ¡al carajo!, exactamente como hacemos en casa con una lavadora vieja, un coche destartalado, una lámpara desfasada o una televisión no extraplana, sino extragorda.

      La iniciativa del Centro Botín -con todos sus ribetes, fiscales, políticos, financieros, etc, que no se me escapan- merecía y merece un ‘sí’ como una catedral.

      Ahora bien, ¿dejándolo todo en manos del tal Piano? ¿Sin un comité de seguimiento técnico digamos independiente? ¿Sin las oportunas cautelas constructivas, no desde el punto de vista de la ‘legalidad urbanística’, sino desde los estrictos criterios de la ingeniería constructiva? No. A todas esas preguntas respondo que no. El método ha sido desastroso y, en consecuencia, el resultado dista de ser óptimo. Habrá que ver lo que dicen OTROS técnicos con respecto a la mejor solución, si es que la hay…

      Con todo, lo más intrigante es si la conducta del tal Piano pudo enraizar en la muerte prematura de Botín senior. Sospecho que este banquero le hubiera puesto a Piano en su sitio, o sea en un rincón del salón, al detectar la más mínima desviación del recto camino. Sospecho que el tal Piano se hizo el sueco en medio del barullo sucesorio y que la Botín junior nunca se implicó personalmente en el asunto, o lo hizo sin la energía suficiente para darle una colleja al tal Piano. Porque el tal Piano no deja de ser una vaca sagrada y, a lo mejor, a efectos publicitarios, el Santander no quiso ir a una guerra contra un ‘icono cultural’. Pues bien, tengo para mí que Botín senior sí hubiese ido a la guerra, en concreto con 3 divisiones panzer y 6 escuadrones mirage y 12 fragatas kingsize, y al tal Piano lo hubiese puesto a plano.

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  4. Insisto. Los del NO, No estaban (creo), contra una iniciativa cultural, un centro de atracción turístico/cultural/lódica como polo de dinamización de la economía de Santander/Cantabria. A cuyo desarrollo, el faraón Senior bien podría haber contribuido en el presente, pero también en el pasado, si los recursos del B. de Santander se hubieran invertido preferentemente en esta FINITA (sino ya finiquitada) Región, y no «desviados históricamente» a otros lares de más «postín» político y económico, según los planes del «patucas» ferrolano del que tan amiguito y colaboracionista se manifestó siempre para convertir a Cantabria en el cortafuegos – desertizándola industrialmente – , entre los «revoltosos» mineros asturianos y los «levantiscos» siderúrgicos de Euskadi. A lo que los injustamente calificados de «gruásicos», pues evidentemente no eran los mismos ni tenían nada que ver con «los de la grúa» se oponían (y se siguen oponiendo), es a la desacertada ubicación. Con independencia de los valores estéticos o estilos arquitectónicos del edificio, que nunca calificaron. El tema era y es, si ennoblecía degradaciones, o degradaba zonas nobles. Por lo demás, totalmente de acuerdo con la «merienda de negros» (perdón por lo de una posible expresión racista), en que se convirtió el desarrollo y acabado del edificio, de cuya «digestión nadie parece hacerse cargo. Otro día, quizá me extienda, más allá de su extensión hacia la bahía y del paso subterráneo que lo cruza y que pudo hacerse sin el pretexto del Centro, sobre la masacre perpetrada sobre los antaño acogedores Jardines de Pereda, hoy «desmochados» y convertidos en fría explanada de «diseño».

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    • ¿Que don Botín quiso ubicar su dinero donde mejor le pareció? Pues claro: no es ni más ni menos lo que hacemos todos los cristianos, y también los muslimes, los israelitas, los mormones y los veganos, que no se me olviden los veganos. ¿Que su dinero no era estrictamente suyo, sino del banco que con tantísimo éxito dirigió? Pues claro: es lo que consiguen los presidentes ejecutivos de grandes conglomerados empresariales. ¿Tan difícil es entender que el BS es una puta MULTINACIONAL, una de las pocas que tienen su sede fiscal en España, y desde luego la única de Cantabria?

      En cuanto al ‘plan de subdesarrollo’ de Franco en Cantabria, para mí que es una filfa. En la ‘aguerrida’ Asturias simplemente había carbón; su combatividad quedó perfectamente aplacada con unas subvenciones crónicas que todavía hoy estamos pagando, por caridad. Y en las Vascongadas mantuvieron la siderurgia, sí, pero también han expandido otras muchas labores e industrias envidiables. A mi juicio, al margen de veleidades que dejo para otro día, los vascos trabajan más y mejor que nosotros. Será duro reconocerlo, pero la verdad nos hace libres.

      Los jardines de Pereda… Dicen que no debes volver al lugar donde antaño fuiste feliz (creo que es una metáfora sobre la infancia). Los años distorsionan la memoria, sin duda, pero además sucede que son años, y en los años suceden cosas, por ejemplo que la población aumenta, que hay muchos más coches, que los gustos cambian, etc. ‘Aquellos’ jardines, con sus ocas, su barquillero, su templete y sus fuentes, eran umbríos, sucios y, en general, feos. Eran tan feos como mi infancia, que no sé por qué la gente la adora, pero a mí se me antoja más bien una mierda. Miro los jardines de hoy con mis ojos de adulto y los juzgo más ‘sostenibles’ que los de antaño. Por desgracia, quizá no me dé tiempo a constatar cuál de sus morfologías será más exitosa.

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  5. TOTALMENTE DE ACUERDO. EL BANQUERO – ¡¡¡CUANTAS CALIFICACIONES MENOS HONORABLES SE ENMARCAN Y SINTETIZAN EN ESE TÍTULO!!! -, COLOCÓ LOS HUEVOS «PUESTOS» Y «EMPOLLADOS» POR LOS CÁNTABROS DE CANTABRIA, QUE LABORARON EN CANTABRIA A LA QUE SOSTUVIERON CON SU ESFUERZO, DONDE SE LE PUSO EN LOS IDEM . Efectivamente, esto entra dentro del juego. PERO LO QUE YO QUIERO SIGNIFICAR ES QUE NO VALE AHORA HACER ALARDE DE UN INEXISTENTE «CANTABRISMO» PARA QUE SE LES AUTORICEN, MEDIANTE «PLEGAMIENTOS PALACIEGOS» Y UN VADEMÉCUM DE ILEGALIDADES E IRREGULARIDADES DE TODO TIPO, CUALQUIER CLASE DE TROPELÍAS URBANÍSTICAS Y APROPIACIONES INDEBIDAS DE ESPACIOS PÚBLICOS. COMO SE VA A PERPETRAR – SE HA PERPETRADO YA – EN ESTOS MISMOS DÍAS, LA APROPIACIÓN ILEGAL DEL ESPACIO URBANO PARA LA MODIFICACIÓN DEL EDIFICIO CENTRAL DEL BANCO. El asunto del «cortafuegos» merece mucho más espacio que cuatro rasgos sobre las realidades territoriales y SUS CAUSAS, o la laboriosidad y listeza de las respectivas sociedades, que no he juzgado, aunque creo que las llamadas CLASES POPULARES TRABAJADORAS son de parecida condición. Las reconstrucciones que en emblemáticos lugares del mundo se atribuyen muy a la ligera a la laboriosidad del sus respectivos habitantes. ¡¡¡OLVIDANDO A ANDALUCES, GALLEGOS, CÁNTABROS, EXTREMEÑOS, YUGOESLAVOS, TUERCOS, ETC. ETC., QUE CARGARON SOBRE SUS HAMBRIENTOS HOMBROS LA RECUPERACIÓN DE LA «PROSPERIDAD DE OTROS!!!. Alguno/os de los «prosperidados» habían sido culpables no sólo de su RUINA, sino fundamentalmente la de quienes luego «dieron el callo» para sacarles «el rabo de la cucha». No creo que siempre se deba valorar circunstancias concretas desde el desdén que el mundo circundante inocula «al más pintado»

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  6. Se me olvidó, Sr. López, una curiosidad derivada de su calificación «mierdosa» de la propia infancia. Teniendo en cuenta la edad que le presumo, calculando a partir de ella la que que puede tener o tuvo su padre y los tiempos en que aquella debió de transcurrir, ¿cual es la calificación que Ud. otorgaría a aquella lejana infancia de su «autor»?. ¿Sabe o intuye Ud. como la calificó – o califica – él?. Perdón por la impertinencia, pero me gustaría saber como lo vivieron los «arruinados» que luego hubieron de cargar sobre sus hombros con el desarrollo de los «arruinadores». (incluidos los «botines),dentro o fuera de sus fronteras ………Ja.Ja..Ja… Ja..¡¡PATRIAS!!

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    • A la memoria podríamos darle más valor si no fuese un instrumento tan mudable, caprichoso, olvidadizo y arbitrario. La gente cree recordar cosas -si no miente descaradamente-, pero es que las cosas no fueron nunca así, o no para todo el mundo.

      La infancia de mi padre debió de ser más jodida, en especial por el hambre. Yo no puedo dar fe personal, pero no faltan versiones concordantes que me permiten darlo por cierto. Él y su hermano menor (apenas se llevan 2 años) pasaron hambre, lo cual creo que ya no le sucedió a su hermana menor, unos 15 años más tardía.

      Esto significa 2 cosas. Una, que dentro del mismo régimen, época, etc, se producen pequeñas variaciones (o grandes), de tal manera que enseguida cambian las circunstancias de sus víctimas/protagonistas. Dos, que pertenezco a una familia bien descrita por el Dr. Hannibal Lecter, alias ‘El caníbal’.

      Es un personaje de ‘El silencio de los corderos’, un asesino que pretende zaherir a una agente del FBI espetándole que ‘apenas una generación te separa del hambre’. Parece ser mi caso y no lo digo con orgullo, ni tampoco con afán de revancha: es una mera constatación.

      Hubo hambre hasta hace nada, como quien dice, y unos la pasaron y otros no. Hubo infancias felices, pero hambrientas- y seguro que hubo infancias abundosas, pero desgraciadas. Pues que la felicidad (la memoria) tienen que ver con las privaciones, claro está, pero también con el espíritu de cada cual. Menesterosos en la India pueden ser inmensamente felices, mientras que millonarios en California pueden inflarse a antidepresivos y electrochoques.

      ¿Franquismo? Suena lejano. Fueron 37 años, con sus avatares individuales y colectivos, con sus etapas nacionales e internacionales, todo eso que sucede a lo largo de 37 años y de lo que no todo Dios se percata por igual. Como fuere, suena lejano. Han transcurrido 43 años desde entonces, o sea un lustro más que todo aquel tiempo. Suena lejano. Suena mentiroso, suena pretencioso, suena lastimero, suena como cada uno afirma que le fue -o cree que le fue-; suena lejano. Quizás aquellos 37 años expliquen algo del hoy, o quizá no. Suena lejano.

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